El mundo tiene otros datos

Pelearse con los datos, despreciar las mediciones y repudiar a las instituciones es una estrategia que el gobierno ha instrumentado internamente. Ensayarlo a nivel internacional no sólo evidencia el aldeanismo, sino que nos coloca en una posición desventajosa para cualquier negociación
Un rasgo que parece acentuarse día a día en nuestro país es el aldeanismo, la estrechez de miras. Cada vez que alguna agencia internacional emite algún informe que actualiza sus datos o proyecciones, el gobierno se incomoda.
Si el Banco Mundial o el FMI o la CEPAL publican sus proyecciones, la respuesta es que son instituciones que no están entendiendo el proceso de transformación que está ocurriendo. Si las calificadoras de riesgo alertan sobre algún posible cambio en la clasificación, están exagerando. Si México es tema de debate en algún lugar del mundo, se trata de una coyuntura electorera. Los reflejos están bien aceitados: la culpa nunca será propia. Sin embargo, la realidad sigue siendo muy necia.
El combate al crimen organizado sin duda ha sido uno de los ejes novedosos de esta administración, el número de decomisos, detenciones, operativos, deportaciones, acreditan de sobra un cambio en la estrategia. Sin embargo, el discurso oficial insiste en un triunfalismo que aún no se sostiene con los datos: en el índice de crimen organizado a nivel global somos el tercer país más inseguro.
Otro ejemplo es el decretado fin de la corrupción y la anunciada ampliación de la democracia. Aquí se sacan pañuelos blancos, se le corrige la plana a autoridades internacionales que no han entendido que aquí se extinguió la corrupción y sin embargo el indicador internacional de percepción de corrupción parece no recoger esta realidad y nuestro país no lleva una ruta exitosa, sino claramente descendente. Tampoco la celebrada elección de impartidores de justicia parece impresionar a quienes miden la calidad del régimen democrático: el país también en ese indicador retrocede.
Recientemente se celebró el día internacional de la libertad de prensa, y mientras en México el gobierno se jactaba de los avances logrados, las organizaciones internaciones que llevan tiempo construyendo indicadores para observar la evolución de ese derecho registraron otro retroceso para nuestro país.
Parece que no queda más remedio que admitir que el mundo tiene otros datos. Creo que es hora de preguntarnos cuáles pueden ser los costos de regodearse con ese aldeanismo. Es obvio que los informes presentados por las muy diversas agencias internacionales, en temas muy variados, calan en el humor y percepción que se tiene de nuestro país, y que no alcanzan a ser desmentidos desde las mañaneras.
Pelearse con los datos, despreciar las mediciones y repudiar a las instituciones es una estrategia que el gobierno ha instrumentado internamente. Ensayarlo a nivel internacional no sólo evidencia el aldeanismo, sino que nos coloca en una posición desventajosa para cualquier negociación. El mundo seguirá teniendo otros datos, ojalá nos encontremos algún día.
* Rodrigo Morales M. (@rodmoralmanz) fue consejero electoral en el Instituto Electoral del Distrito Federal y en el Instituto Federal Electoral. Actualmente es consultor internacional en materia electoral.